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martes, 24 de febrero de 2015

Importación de prendas chinas creció en 54,4% en cuatro años

El valor de la importación de prendas de vestir desde el mercado de China se incrementó en 54,4% en los últimos cuatro años, de acuerdo con un análisis del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La COB pide un escudo de protección para la industria nacional.

Según las cifras oficiales, en 2010 el país compró un valor total de 19,3 millones de dólares, mientras que en 2014 el monto se elevó a 29,8 millones de dólares, es decir aumentó 54,4%.
Esto incluye tanto a las prendas de vestir de punto (aquellas que se tejen formando mallas al entrelazar los hilos) como a las que no tienen punto (un tipo de textil producido por una red con fibras unidas por procedimientos mecánicos).
El total importado de confecciones textiles en los últimos cuatro años subió de 36,9 millones de dólares a 59,2 millones (ver infografía).


A fines de enero, la Central Obrera Boliviana (COB) presentó al Gobierno el pliego petitorio nacional de 12 puntos; y en lo que toca al sector productivo exigió que se instaure el Escudo de Protección a la producción textil nacional mediante políticas eficientes de lucha contra el contrabando y la especulación; asimismo, que se priorice el consumo interno de productos nacionales.
Al respecto, el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, lamentó la realidad de la industria textil boliviana. "Para proteger a la industria, de manera que sea realmente competitiva y sostenible, la solución pasa por dar facilidades para la inversión, ya sea extranjera o nacional, y garantizar mercados atractivos para la exportación”, sugirió.
Tales facilidades pueden hacer que paulatinamente se incrementen los volúmenes de producción y así abastecer mercados con prendas de calidad. Además, se generarán fuentes de empleo sostenibles.

La respuesta a la COB
El Gobierno, en su respuesta a la COB, señaló que con el fin de garantizar la soberanía alimentaria, fomentar el sector productivo y proteger la industria nacional, se modificó la estructura arancelaria en 2007, 2009 y 2012; y se implantaron nuevas alícuotas de Gravamen Arancelario (GA), orientadas a favorecer la importación de bienes de capital (0% de GA), insumos industriales (5% de GA) y bienes de consumo (10%, 15% y 20% de GA).
Asimismo, señala que estableció una política de protección a la industria textil que define niveles del 40% de GA para ropa nueva.
Para Rodríguez, si bien las tasas altas para las importaciones de confecciones protegen a la industria nacional de la competencia legal, lo que representa mayor amenaza es la competencia desleal que proviene de las prendas a medio uso, vendidas informalmente y sin el pago de ningún tributo.
Las prendas de vestir que fueron importadas formalmente durante 2014, sumaron 59 millones de dólares; China es el principal proveedor, país con el que no se tiene un acuerdo comercial que le otorgue preferencias arancelarias.

Le siguen en importancia Brasil, Perú y Colombia, que no pagan aranceles para entrar al mercado boliviano, por los acuerdos comerciales establecidos en la región.

El estudio
Internación Pese a su prohibición, el negocio de la ropa usada en Bolivia es millonario, al igual que en otros países. Un estudio de la profesora Kate MacLean, investigadora del King’s College de Londres y de la Universidad de Birbeck, revela que el contrabando de estas prendas está valorado en más de 40.000 millones de dólares al año. Entrevistada por la BBC Mundo, afirmó que cada año se calcula que ingresan 8.000 toneladas de estas prendas, la mayoría de Estados Unidos, por vía Chile.
Trabajo La experta llevó a cabo una investigación sobre el comercio de ropa usada en Bolivia, que publicó en 2013 bajo el título El suéter de Evo: la identidad y el negocio de ropa usada en la Bolivia postliberal y pluricultural.

Exportadores proponen seis medidas para los textiles

La Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (CANEB) sugiere seis medidas para mejorar y proteger a la industria textil y así mejorar sus condiciones y su competitividad.
"Para mejorar las condiciones y la competitividad de la industria textil, en particular, y la industria en general, se requiere encarar el problema de forma integral y estructural con una visión de largo plazo, que incluya, además de las medidas arancelarias, otras medidas”, sugirió el presidente de la CANEB, Guillermo Pou Mont.
Entre las medidas está una política tributaria, orientada al incentivo de la inversión en el sector industrial y el acceso a mercados que permitan garantizar espacios comerciales para las inversiones existentes y las nuevas.
Se encuentran, además, medidas de política laboral que permitan acercar los términos de la relación laboral a la realidad de los vínculos contractuales, sobre todo en el sector exportador; y otras de financiamiento que brinden acceso a emprendimientos nuevos.
También sugieren mejoras en la infraestructura de logística para el comercio de exportación internacional y local, pero además otras orientadas a la reducción drástica de la burocracia y el ejercicio eficiente de controles y certificaciones y, finalmente, acciones de regulación de la competencia desleal de todo tipo y condición.
"Este es el marco de las acciones que deben ser asumidas de forma conjunta y coordinada, y que podrán tener un efecto positivo no sólo en el sector textil, sino en el proceso de industrialización del país. Las medidas arancelarias por sí mismas son necesarias, pero no suficientes”, afirmó Pou Mont.
En el caso de los aranceles, precisó que si bien establecen barreras para el comercio de ciertos productos, sólo operan para el comercio formal, el problema estructural es el contrabando.
Al respecto, la Aduana Nacional tiene limitaciones para ejercer control en el territorio nacional y en las fronteras.

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