En Bolivia, se prevé un debilitamiento del crecimiento en 2023–24 a 1,8 por ciento (de 3,5 por ciento en 2022) debido a reducciones persistentes de la producción de gas natural, las restricciones financieras a la inversión pública y la desaceleración del crecimiento del crédito. Los riesgos derivados del bajo nivel de reservas internacionales y de las tensiones políticas siguen siendo altos. Se proyecta que la inflación aumente a 3,6 por ciento a finales de 2023 y a 3,8 por ciento en 2024, con riesgo de que las cifras sean mayores debido a la debilidad del tipo de cambio. Se necesita un ajuste fiscal creíble a mediano plazo para garantizar la sostenibilidad de la deuda y restablecer un nivel de reservas adecuado, al tiempo que se proteja a los grupos vulnerables y se garantice un nivel mínimo de inversión pública productiva. Bolivia también debe emprender reformas por el lado de la oferta para fomentar la inversión privada nacional y extranjera y diversificar las exportaciones hacia productos diferentes de los hidrocarburos.
Descargar el informe desde: América Latina y el Caribe: Evolución reciente, perspectivas y riesgos
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