La entidad estatal añadió que Santa Cruz y Cochabamba son los otros dos departamentos que registran el mayor número de personas que se dedican a esa actividad con 261 y 139, respectivamente.
De las personas que declararon ser nutricionistas, 72,9% alcanzó el nivel de instrucción superior; 21,7%, la secundaria y 4,5%, la primaria.
Otro dato que mostró el Censo 2012 es que existen más nutricionistas mujeres que nutricionistas hombres. Respecto al lugar de residencia, a nivel nacional, 92,7% de estos profesionales vive en área urbana y el restante, en rural.
En Bolivia, la mayoría de los nutricionistas y dietistas tienen entre 25 y 29 años, según los últimos resultados censales.
La necesidad de esta área profesional nace por la emergencia ascendente de las enfermedades gastrointestinales, debido a los desórdenes alimenticios, que aquejan a una gran parte de la población boliviana. La mala alimentación es uno de los canales de transmisión del Helicobacter pylori que causa la gastritis, consecuencia de una inflamación de la mucosa gástrica, que se manifiesta con un ardor en la boca del estómago, después de haber ingerido alimentos.
De acuerdo a un estudio realizado por el centro Gastro Bolivia siete de cada diez bolivianos tienen la enfermedad y la mitad no lo sabe. Este trabajo realizado con más de 1.000 pacientes, señala que en Potosí el 100% de la población padece la enfermedad y La Paz tiene el menor porcentaje, menos del 70%.
Los resultados de la investigación indican que Potosí presenta un 100% de la población afectada con esta enfermedad, seguido de El Alto (95%), Oruro (85%) y La Paz (70%).
De acuerdo a una información proporcionada por el Sedes una gran parte de la gente prefiere la comida chatarra, que esencialmente contempla hamburguesas, salchichas, papas fritas, gaseosas, pizzas y golosinas que contienen un alto valor calórico y mucha grasa, pero todas presentan ausencia de fibras y vitaminas.
Roxana Hinojosa, experta en nutrición, indicó que las consecuencias de la mala alimentación tienen consecuencias graves como el envejecimiento precoz y anemias. La persona que tiene una mala nutrición se cansa con mucha facilidad.
Dijo que la mala nutrición también es causal para la obesidad, la diabetes, la hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros, razón por la que es considerada como una de las principales causas de muerte en el mundo.
En este sentido, nace la necesidad de cambiar los hábitos alimenticios para lograr efectos favorables en la salud de las personas. Esta decisión permite resolver los factores de riesgo, que nos exponen a muchas enfermedades.
Otro factor importante es la cocción de los alimentos y la excesiva utilización de grasas en la preparación de las comidas. Hasta ahora, los servicios de salud de todo el país no trabajan en la modificación de los estilos de vida de la gente.
La experta señaló que el 43 por ciento de las internaciones sanitarias tiene que ver con su estilo de vida, el 19 por ciento con factores del medio ambiente y el trabajo, y un 27 por ciento por aspectos biológicos de tipo genético hereditario.
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