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jueves, 4 de agosto de 2016
La inflación fue controlada, pero llegan nuevos desafíos
El control de precios de los principales productos de la canasta familiar es otro de los aspectos que el Gobierno expone como uno de sus éxitos de política económica, aunque varios sectores expresan sus dudas sobre la correspondencia de estas cifras con la realidad. El Instituto Nacional de Estadística (INE), por su parte, anuncia un nuevo sistema de medición de los precios para fin de año, que comenzaría a aplicar desde 2017.
Durante la década del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el Gobierno, el país experimentó dos años con picos de elevación de precios: 2007 y 2008, con 11,7 por ciento y 11,9 por ciento de incremento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), según coinciden datos del INE y el Banco Central de Bolivia (BCB).
En 2009, el incremento bajó a 0,3 por ciento, fruto de un nuevo sistema para medir las variaciones de precios. El siguiente año, el porcentaje vuelve a dispararse, aunque esta vez sólo a 7,2 por ciento. Desde entonces, las cifras son menores. Bolivia concluyó 2015 con 3 por ciento de inflación, y hasta junio de este año sólo se había llegado a 2,27 por ciento (ese mes hubo deflación de 0,48 por ciento).
La previsión del Gobierno es acabar el año con una inflación de 5,3 por ciento.
Para el analista económico de la Fundación Jubileo René Martínez Céspedes, es “claro que con la desaceleración del crecimiento económico, hay menos presiones inflacionarias, porque hay menos liquidez que entra al mercado.
Sin embargo, Martínez observa que la inflación no siempre fue bien controlada, como lo demuestran los dos años en cuestión (2007 y 2008). “Ha habido una apuesta de controlar la inflación a través de las importaciones. Había un momento en que había demanda, si esa demanda no es acompañada por la oferta, hay inflación y eso es lo que ha sucedido”.
Para el economista Pablo Cuba, hay que entender que esos años hubo alta incidencia del fenómeno de El Niño, lo que repercutió en la producción de alimentos, una situación que puede repetirse ahora que vuelve la sequía.
Tanto Cuba como Martínez coinciden en que un factor clave para bajar la inflación fue el contrabando, que internó en el país productos que elevaron la oferta y bajaron los precios, pero también pasaron la factura a las industrias nacionales.
Cuba observa también que la medición del IPC debe revisarse en vista de que el INE da mucha importancia a productos que posiblemente no incidan tanto en la economía nacional.
Para el expresidente del BCB, Armando Méndez, hay que entender que los índices reportados son promedios de más de 240 productos. Además, hay que destacar que vaticinios como el que se dispararía la inflación con el doble aguinaldo no llegaron a cumplirse gracias a las políticas de los bonos aplicados por el Gobierno.
De cualquier manera, el director ejecutivo del INE, Luis Pereira, informó hace unos días que a finales de año se aplicará un nuevo IPC para cambiar la base de productos en las mediciones de 2017.
"Las fórmulas para medir el IPC causan desconfianza"
ANÁLISIS
Pablo Cuba, economista
Hay que poner atención a los alimentos
El Gobierno controló la inflación, entre otros aspectos, gracias a una política interesante para contrarrestar el desabastecimiento interno, sobre todo de alimentos (fomentó la importación de algunos productos y restringió la exportación de otros).
El contrabando también incidió con la oferta de manufacturas, aunque con alto costo para la industria nacional.
Con la sequía, se nos viene otro problema similar al que tuvimos en 2007 y 2008, y es probable que en unos meses más tengamos una nueva escasez de alimentos. La política del Gobierno apunta nuevamente a la importación, tal cual lo demostró con el caso del maíz amarillo.
Entre otras políticas, se ve que el Gobierno acudirá a los créditos y a las Reservas Internacionales Netas (RIN).
En cuanto a los datos que se manejan para medir el IPC, siempre existe desconfianza debido a que el INE maneja más de 450 productos, que hacen que el promedio final sea muy bajo, opacando a otros productos de la canasta que son más sensibles para las familias.
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