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jueves, 11 de julio de 2013

Cochabamba, una ciudad de patrón dual que crece descontroladamente

En el Día Mundial de la Población 2013 se puede observar claramente que Cochabamba ha construido su estructura demográfica en torno a un patrón dual que se expresa en la diferenciación entre las zonas residenciales del norte y la ciudad periférica del sur donde existen alarmantes niveles de pobreza. También se puede definir que estos patrones han sido dinamizados históricamente por un factor que forma parte de la personalidad de la región: la migración.

Así lo afirma la directora del Centro de Planificación y Gestión (Ceplag) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Carmen Ledo, quien informó que “esta estructura responde a razones profundas derivadas de las condiciones socio-económicas establecidas a lo largo de la historia de Cochabamba y de Bolivia” que han repercutido en movimientos poblacionales internos y externos.

La experta explica que fue la Revolución del 52, el evento que empezó a acentuar esta dualidad cochabambina .“Si en la República existía una población urbana compuesta fundamentalmente por los patrones (hacendados) y los ‘pongos’ residían en las zonas productivas (rurales), la situación cambió radicalmente tras la Revolución de 1952”, dijo y agregó que al fracasar la reforma agraria por la falta de proyectos macro-económicos, se dio origen al minifundio, que generó los asentamientos urbanos de miseria en la ciudad.

A esto se suma la liberalización de la economía, con el decreto 21060 que arrojó miles de mineros a las ciudades y al exterior, además de la “reforma estructural” y la “nueva política económica” de los Gobiernos neoliberales, en los años 90.

Según la académica, los contingentes poblacionales migrantes, al arribar a Cochabamba han producido un acelerado crecimiento urbano, con las consiguientes demandas de servicios, una fuerte presión en el uso del suelo y el mercado laboral, factores que han acumulado demandas insatisfechas, en varios sectores, de políticas públicas.

Sin embargo, esta no es la única característica que hace que la cochabambina sea una sociedad dual. La migración hacia y desde la Llajta también es y ha sido el factor de dinamización de su crecimiento, sobre todo económico.

Una encuesta sobre la experiencia migratoria de la población que reside en Cochabamba, arroja datos reveladores. El año 1976 alcanzó a 62 mil personas (migrantes) censadas, cantidad que se incrementó más de cinco veces hasta llegar al año 2009 con un contingente de 334 mil personas con experiencia migratoria.

Estas poblaciones se han concentrado en la zona urbana del departamento. Únicamente el cinco por ciento del territorio cochabambino es valle, y en ese reducido espacio vive el 90 por ciento de la población urbana.

Asimismo, se puede constatar que la tasa de crecimiento de la ciudad es diferencial según los distritos. Los del norte y del sur crecen con mayor dinamismo, mientras que el “casco viejo” tiene tasas de crecimiento negativas. Esto debido a la mayor oportunidad de acceso a tierras por parte de las nuevas poblaciones en las zonas periféricas, explicó Carmen Ledo.

El eje conurbano (Cercado, Quillacollo, Colcapirhua, Sipe Sipe, Vinto, Tiquipaya y Sacaba) tiene una mancha urbana que alcanza 18 mil hectáreas, cifra que, en 1962, no pasaba de dos mil.

Además, el 44 por ciento de los habitantes de la ciudad de Cochabamba declararon ser originarios de otras regiones del país, la mayoría procedente de Potosí, Oruro y La Paz, según una investigación del Ceplag del año 2009.

El estudio, refleja que en distritos como el 2 (al norte), 8 y 9 (al sur) existen zonas donde más del 20 por ciento de los residentes nacieron en algún departamento del accidente del país. Esta tendencia, según el reporte, tiende a crecer. “Del occidente del país llegaron 189 mil personas el año 2009. La inmigración procedente de la zona de los llanos es la más baja, en cambio, se nota que el peso relativo de la inmigración desde los valles (inmigración intraecológica) se ha mantenido”, señaló Ledo.

Por otro lado, Cochabamba juega el doble rol de centro atractivo y también expulsor de población. La investigadora afirma que uno de cada tres hogares cochabambinos tiene un familiar en el exterior. El destino de los migrantes internacionales es en un 94 por ciento a cinco países: España, Italia, Argentina, Brasil y Estados Unidos, aunque, últimamente, se han registrado mayores flujos a Chile y Uruguay.

Estos flujos son constantes, pues los llajtamasis viajan al exterior unos años y luego de reunir dinero vuelven a su ciudad de origen; en cambio, la migración del campo a la ciudad es, en mayor porcentaje, definitiva.

Frente a esta realidad muchos habitantes de Cochabamba se preguntan: ¿Cuántos migrantes puede recibir la ciudad?

La redistribución de población en Cochabamba expresa la pérdida de importancia relativa del sector agrícola y la expansión del sector terciario de base esencialmente urbana, manifestó Ledo. “El crecimiento poblacional, y en especial el crecimiento urbano plantean difíciles desafíos sobre las políticas, ya que no es posible reducir la brecha del déficit, debido al acelerado crecimiento de la población, situación que necesariamente se debe enfrentar antes que los problemas se tornen críticos”.

Dentro de esa problemática, no sólo el volumen total de la población es importante, sino también su distribución geográfica y los procesos migratorios que se desenvuelven en el interior de ella.

A pesar de ello, la migración receptiva es importante, precisamente porque existe una corriente de migración hacia el exterior que ha ido cobrando creciente significación.

De esta manera, Ledo propuso que la solución podría estar tanto en las municipalidades como en la Gobernación, que, a su juicio, “tienen herramientas legales y recursos económicos necesarios para adquirir capacidad técnica y ejercer la autoridad necesaria para implementar un planeamiento urbano efectivo”.

Finalmente, planteó algunas acciones: “Desarrollar una legislación más adecuada, generar recursos humanos tecnificados que a nivel puedan llevar adelante ese planeamiento y crear procesos de concientización de las esferas de decisión sobre la importancia de lograr un crecimiento urbano ordenado en las zonas de mayor riesgo”.

Para finalizar la experta aseguró que, frente al crecimiento de la población en Cochabamba, “es tarea de los ciudadanos decidir qué hacer con su futuro, con su creciente población. Después de haber logrado la estabilidad monetaria y de haber reordenado al Estado Plurinacional, Bolivia enfrenta el desafío de la redistribución del ingreso en beneficio de los más necesitados”, concluyó Ledo.



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